La información que ahora se transmite es un regalo anticipado de la Navidad.
Su protagonista es enfermera de la Unidad de Agudos de Psiquiatría del Hospital de Sta.Caterina. Gerona.
Es Anna Parera Llorà
Ante todo me gustaría dar las gracias el dr. Javier Faura para confiar en mí para escribir este artículo del que tengo el gran honor de conocer como persona, amigo y gran psiquiatra del que pude compartir y aprender a su lado en los primeros años de mi carrera profesional en el mundo de la psiquiatría .
En un primer momento me pidió que contara lo que es una unidad de agudos en la que llevo unos ocho años trabajando como enfermera. Pero lo que realmente creo interesante y me gustaría transmitir es la enorme labor y al mismo tiempo tan desconocida de la enfermera especialista en psiquiatría y que más adelante compartiré.
La unidad de agudos es una unidad de hospitalización de corta duración destinada a atender a personas mayores de dieciocho años que presentan una situación de crisis en la que no se ha podido conseguir una mejora o control de los síntomas a nivel de otros recursos externos y que por su gravedad y riesgo requieren una contención e intervenciones intensivas en régimen hospitalario. En esta unidad se atiende a personas que presentan crisis psicóticas precoces, personas que presentan una regularización de procesos crónicos, riesgo suicida, trastornos conductuales intensos con presión social y/o familiar (conducta violenta, aislamiento,...) y personas con patología orgánica intensiva con síntomas psiquiátricos. Con el objetivo de poder devolver al paciente a su hábito familiar, social y laboral en unas condiciones de remisión clínica que faciliten su vinculación con el tratamiento en su Centro de Salud Mental de referencia.
La unidad de agudos está formada por un equipo multidisciplinar donde hay un jefe de servicio, jefe clínico, psiquiatras, médico internista, psicólogo, trabajador social, terapeuta ocupacional, jefe de enfermería, enfermeros, auxiliares de enfermería, administrativa y limpiadoras .
Pero como os había dicho anteriormente en lo que me gustaría centrarme es dar a conocer el rol de la enfermera dentro de la unidad de agudos y de la relación terapéutica de la que damos significado a nuestra profesión.
Nos pasamos toda la formación académica escuchando la importancia del vínculo terapéutico, pero podría decirle que hasta que no trabajé en el ámbito de la salud mental, no pude comprender lo que realmente significa.
Enfermería es quien está al cuidado del enfermo las veinticuatro horas del día, y este vínculo sobre todo en salud mental es necesario a la hora de iniciar una relación de ayuda y la que perdurará en el tiempo.
Este vínculo surge hablando con los pacientes de forma individual y ofreciendo una atención con el objetivo de construir una relación terapéutica de confianza, animándoles a discutir sus problemas y escuchar sus opiniones para permitir al paciente a reconocer las cosas o situaciones que afectan negativamente a su salud mental, para aprender formas de afrontar situaciones. Utilizando al máximo la sensibilidad, tacto, paciencia, tolerancia y sobre todo un trato libre de prejuicios.
Durante estas conversaciones hacemos una valoración esmerada en el ámbito psicopatológico del paciente. Y sólo cuando este vínculo se establece podemos tranquilizar y calmar a la persona. Averiguar por qué la persona puede sentirse ansiosa o agresiva y poder actuar y tomar decisiones para disminuir riesgos. Al mismo tiempo trabajamos conciencia de trastorno, necesidad de tratamiento y su adherencia. También evaluamos efectos secundarios en el tratamiento e intentamos involucrar a la familia o cuidadores para que mantengan el tratamiento y faciliten su autonomía. Aparte de las tareas propias de enfermería como puede ser la administración de medicación, técnicas, investigación y docencia.
Me gustaría para acabar dejando atrás el desafortunado estigma que nos ha acompañado y nos sigue acompañando a la enfermera especialista en psiquiatría. Anclada en el manicomio que funcionaba sólo por la contención, custodia y direccionismo con los internos, y veía a los enfermos como una amenaza o un peligro. Por tanto, nada tiene que ver la enfermera actual con la imagen que el cine o la literatura han proyectado sobre nuestra profesión. Por tanto, al poner un pie dentro la unidad de agudos nadie se sentirá como Clarise recurrente en el pasillo de piedra hasta la última celda para encontrarse con Hannibal Lecter.